Multiplica tu Éxito

En este episodio, hablamos sobre cómo manejar las conversaciones difíciles y cómo mantenerte firme en tu camino cuando enfrentas críticas o juicios de los demás. Exploramos la importancia de poner límites, proteger nuestra energía y no dejar que las opiniones ajenas nos desvíen de nuestros sueños. A través de la reflexión y el autocuidado, aprenderemos a mantenernos enfocados en lo que realmente importa, sin sentirnos culpables por nuestras decisiones. El mensaje clave: tu camino es tuyo, y solo tú puedes decidir lo que es mejor para ti.

What is Multiplica tu Éxito?

El podcast para personas líderes y emprendedoras! En donde cada semana hablaremos de las claves del éxito como nunca antes las habias escuchado. En este show hablamos de negocios con un enfoque dinámico y un toque espiritual.

Hora.

Bienvenidos de nuevo a otro episodio más.

Hoy quiero hablar de algo que me
atrevería a decir que a todos nos

afectan a algún momento de la vida.

Las conversaciones difíciles con personas
que no entienden nuestras decisiones.

Especialmente cuando tomamos caminos
grandes como emprender o seguir

nuestros sueños o mandarlo todo a la
mierda y empezar de cero sin saber

ni siquiera qué es lo que queremos
solo sabiendo o sintiendo que donde

estamos no es donde debemos de estar.

Y lo que tenemos no es lo que deseamos
tener y decidimos empezar de cero.

Es común encontrarnos con personas
que no comparten nuestra visión cuando

hacemos esas cosas y muchas veces, en
lugar de apoyo, recibimos dudas críticas

e incluso juicios en este episodio.

Este episodio no es solo para ti, sino
también para mí, porque a lo largo de mi

proceso, he aprendido muchas lecciones
sobre como manejar esas conversaciones.

Y quiero compartirlas contigo para
que no te pase lo mismo que a mí.

Para que las opiniones de los demás
no te des bien de tu propósito.

Ya sabes, un poquito de mi historia.

Si has si me sigues en redes o has
escuchado algunos de mis de mis episodios

y pues mmm, yo lo mandé todo a la m.

A la mierda hablando.

Claro, eh, yo me fui a los 18,
me fui de España y no sabía

que quería hacer en la vida.

Y he ido de país en país siempre sin
saber que quería, pero teniendo claro

que eso que tenía no lo quería o
que ya había sacado todo el provecho

del lugar donde estaba del trabajo
que tenía y era como que quería

más y quería más aun sin saber él.

Que y la gente nunca entendía
qué es lo que estaba haciendo.

Dejaba trabajos muy buenos.

Dejaba relaciones buenas, dejaba
personas en el camino y nadie

entendía el por qué no podía parar.

Por qué no podía simplemente eh, decir que
si algo y quedarme con eso para siempre.

Entonces, claro, eh, a largo
largo de mi vida, he tenido

muchas conversaciones difíciles.

He sentido muy frustrada.

Muy he sentido muy incomprendida
he perdido muchas relaciones.

Porque no quería escuchar más opiniones o
juicios o comentarios al respecto, si es

tu caso o si crees que va a ser tu caso
porque estás tomando este camino de lo no.

Convencional de de lo no estable.

Pues te invito a que escuches este
episodio porque es muy potente.

Una de las primeras cosas
que aprendí cuando decidí,

eh, mandaron toda la mierda.

Y cuando he decidido emprender
en más de una ocasión, es que no

todos van a entender mi camino.

Y es natural, es muy natural.

Es muy fácil de entrar en conflicto con
alguien que no ve las cosas como tú.

En mi caso, las primeras veces que tomar
decisiones grandes, como dejar un empleo

muy bueno, muy estable, algo que yo había
soñado conseguir y que por fin tenía

para lanzarme otra vez a lo incierto.

Me río porque, claro es
que no tenía sentido.

No quería algo, quería algo,
lo conseguía y cuando lo tenía,

ay, pues ya no era tanto.

No sentía que tenía que justificarme.

Con todos, con todo el mundo.

Me pesaba regresar a casa, eh?

Cuando iba a casa, me refiero a mi
país, no con la gente que me conocía.

Y es aquí donde surge uno de los
mayores retos que yo me he encontrado

y que aún me encuentro, no porque
cada vez lo hago de otra manera.

Y cada vez tengo que poner más.

Y estos son los límites.

Poner límites.

El por qué de esto tiene una raíz
bastante profunda en nuestra psicología.

En primer lugar, nuestro cerebro
está diseñado para buscar aprobación

desde tiempos ancestrales.

Nuestros antepasados dependían
de los grupos para sobrevivir.

Por lo que se es rechazado
o no ser entendido por la

tribu era una amenaza real.

Esa necesidad de pertenencia está
tan grabada en nuestro cerebro que

aunque hoy no dependamos de una
tribu para sobrevivir, seguimos

buscando la aceptación de los demás.

Este mecanismo cerebral nos hace
sentir incómodos cuando alguien no

está de acuerdo con nosotros y lo más
fácil exceder o entrar en conflicto.

Yo soy experta en eso solo
para aliviar ese malestar.

La neurociencia ha demostrado que
cuando nos sentimos rechazados o

juzgados, el cerebro activa las mismas
áreas que se activan con el dolor

físico m, así de fuertes nuestra
necesidad de sentirnos aceptados.

Por eso es tan difícil poner
límites porque hacerlo nos

genera una sensación de rechazo.

Que nuestro cerebro
interpreta como una amenaza.

O sea, vamos a ver, yo no sé tú, pero
yo, cuando empezaba a poner límites, la

gente dice que me he vuelto una borde.

O sea, cuando es algo súper sano, es algo
común y es algo que ayuda a la relación.

Ahora bien, en cuanto a las críticas
o los juicios de los demás, la

verdad es que aunque el cerebro nos
haga sentir vulnerables a ellos,

no tenemos que ceder a esa presión.

Aquí es donde entra algo que yo aprendí.

Mi experiencia, las de los demó no
definen mi camino y mucho menos mi valor.

Uff que eso es fácil de decir, pero
que luego implementarlos otra cosa.

Pero recuerdo claramente la primera
vez que decidí dar un paso grande en

mi vida, algo que no tenía claro si
iba a funcionar, algo que no tenía

claro el por qué lo estaba haciendo,
algo que no tenía claro cómo lo

iba a hacer, algo que no sentía que
tenía las capacidades para hacer.

Pero ahí me lancé lo que más me
costó fue escuchar comentarios

de personas cercanas que decían.

Por qué te metes ahí?

Vamos a ver por qué dejas algo estable.

Estás arrancando demasiado?

Estás muy loca.

Se te ha ido, eh?

Necesitas ayuda.

Y al principio sí, me afectaban.

Claro que sí.

Bueno, al principio y después
durante mucho tiempo me ha afectado.

Pero con el tiempo, entendí
algo muy importante.

Esa incertidumbre, ese riesgo no era mío.

Ellos no estaban viviendo mi vida.

No estaban viendo esa visión.

No estaban sintiendo lo
que yo estaba sintiendo.

Sólo la observaban desde afuera con
sus miedos, que no eran los míos con

su experiencia, que no era la mía y
con sus sueños que no eran los míos.

Eso te lo puedo garantizar.

El juicio de los demás no
tiene poder sobre tu vida.

Entonces, por qué nos afrenta
tanto que los demás no estén

de acuerdo con nosotros?

Las razones que tenemos miedo a
perderse a conexión emocional con

ellos, pero es una conexión que
muchas veces no es tan genuina.

A medida que avanzarse en el camino
hacia tus sueños, te rodeas de personas

que comprenden y apoyan lo que hacemos.

Y en ese proceso empiezas
a redefinir tu no opción de

apoyo de aceptación y de amor.

Empiezo a ver que las relaciones de
antes eran las relaciones que te tocaban

vivir porque ibas a clase con esas
personas porque vivías en esa casa

porque era la familia que te había tocado
porque eran tus vecinos porque era la

gente del pueblo, pero no significa.

Que la relación sea genuina, que la
reacción sea positiva, que la relación

sea amor no significa nada de eso.

Confundimos muchas veces esas cosas
porque es lo que tenemos, es lo que

son, es lo que vemos y, pues ya está,
pero no cuando tú empiezas a hacer tu

camino, solo si te lanzas, hay fuera.

Y empiezas a crear relaciones que están
donde tú estás ahora son relaciones

diferentes, haciendo a lo mejor
lo que tú estás haciendo o con la

misma visión o con la misma energía.

Y entonces te das cuenta de que huy
lo que yo creía que era el amor no

es el amor lo que yo creía que eran
las amistades no son las amistades.

Lo que yo creía que era la familia no es
la familia porque empiezas a redefinir.

A cambiar la percepción, a
cambiar el significado de las

cosas, lo que tú crees creas.

Así que lo primero que quiero compartirte
es, como yo aprendí a poner límites.

Créeme que no es fácil.

Ojo, eso ya es una creencia,
pero para mí no lo fue.

Yo no me pasé por esa etapa en la que
pensaba que poner límites era ser borde.

O egoísta.

Pero con el tiempo me di cuenta de que
no de que poner límites es en realidad

un acto de amor hacia mí misma y también
hacia los demás, pero sobre todo hacia mí

misma, porque al final es lo que importa.

Yo como yo me veo como yo me siento,
es lo que importa, porque cuando yo me

siento bien y yo me veo bien, puedo dar.

Bonito a los demás.

Es decir, cuando tú pones límites, estás
protegiendo tu energía y de esa manera

puedes ofrecerlo mejor de ti sin agotarte
sin perder el rumbo y siendo fiel a ti.

Por lo tanto, estás bien.

Si tú estás bien, pues das
cosas buenas a los demás.

Por ejemplo, cuando nadie me pregunta
hoy, por qué sigo en este camino

de emprendimiento o sigo haciendo
las cosas que sigo haciendo, que

nadie entiende que sigo siendo
yo, es que está en mi naturaleza.

Cuando me cuestionan, vale, en lugar
de entrar en una larga explicación

o justificarme, simplemente respondo
con honestidad, pero sin permitir

que la conversación me desvíe.

Este es el camino que elegí porque
siento que es lo que más me llena.

Mira, es que mi mi intuición me est.

Está diciendo que es esto la verdad.

Estoy súper bien, aprecio tu preocupación.

Un montón, tío.

Gracias.

Gracias por preocuparte por ti,
pero estoy centrado en esto y la

verdad que estoy en paz y está.

No tengo ni que hablar de resultados.

No tengo ni que dar
explicaciones de cómo me hace.

Estoy en paz, estoy en paz.

Siempre doy las gracias por idio te
agradezco por preocuparte de verdad.

Gracias por tenerme en tus
pensamientos, pero estoy super

bien, tío, cuéntame de ti.

Vale, esto no es un
rechazo a la otra persona.

Es simplemente una forma de
proteger mi enfoque en el fondo.

No tengo que convencer a nadie
de lo que estoy haciendo, porque

yo ya sé lo que estoy haciendo.

Ojo.

Te voy a ser honest.

Esta en realidad no tengo ni puta idea lo
que estoy haciendo, pero ya sé que esta

incertidumbre es lo que quiero hacer.

No sé si me explico porque es muy raro
un plan, no sé lo que estoy haciendo.

Me estoy dejando llevar.

Tengo un plan.

Tengo objetivos?

Claro que sí.

Pero normalmente no, no, no tengo ni
idea de qué es lo que estoy haciendo.

No, pero sé que estoy
haciendo lo correcto.

Esa sensación, la intuición
de la que tanto hablo.

Y esa certeza a mí me da paz.

Es como cuando decides no entrar una
conversación de política o de fútbol

con alguien que no piensa igual.

Yo lo he aprendido.

Ya no hablo de religión y de
política con personas que son.

Cerradas, porque sé que que no
vamos a sumar el uno al otro.

Sé que simplemente vamos a estar
enfrentados por yo intentar ser

aceptada, no, pero no lo único que
usted nos perder mi tiempo, perder mi

enfoque, por lo que realmente importa.

No honrarme porque estoy entrando en una
guerra que sé que ni se pierde ni se gana.

Es importante que sepas qué clases de
conversaciones debes de tener y cuáles

debes de evitar simplemente porque sabes
que no va a cambiar nada, pero sobre todo,

te hace perder mucho tiempo de energía.

Entonces esto es importante.

Ahora quiero invitarte a hacer
un ejercicio que te va a ayudar

a poner esto en práctica.

Vale?

Porque todo esto está muy bien, evelyn.

Muy bien, todo lo que tú digas.

Gracias por compartir, pero no toma un
papel o abre tu teléfono medio igual.

No quiero excusa.

Si estás conduciendo, evidentemente, no
hagas esto, pero vuelve a este memento

del podcast porque te voy a decir
unas preguntas que son muy potentes.

Te van a ayudar a tener la información
para saber a quién poner límites, dónde

poner límites cuando poner límites.

Así que pregunta número uno, qué
personas en tu vida suelen cuestionar

tus decisiones más importantes?

Uf.

Esto es muy importante y ojo, no te
juzgues y tranquilo que no tienes

que compartir esto con nadie.

Es solo para que tú seas consciente
y empieces a planear como vas a

poner límites, sobre todo a planearlo
si son personas muy cercanas a ti.

Número dos, qué comentarios de esas
personas te afectan más y cómo reaccionas?

Número tres, qué límite podrías
poner de forma amorosa para

proteger tu energía y tu enfoque?

Con esas personas o con
ciertas conversaciones.

Cómo te sentiría si pudieras
responder a esas personas sin sentirte

culpable o tener que justificarte?

Y número cinco, hace una lista de
las personas con las que cuando

hablas, eh, te motivan, te dan luz,
te haces sentir bien, te vas con una

sonrisa en la disfrutas, tiene más
energía y una lista de las personas.

Que cuando hablas normalmente,
es todo lo contrario.

Te sientes de nada?

Te sientes triste culpable,
incomprendida, desmotivada dudosa.

Es importante que tengas
toda esta información.

Esto no es solo para que pongas
límites, sino para que comprendas

de dónde vienen esos juicios.

Muchas veces los comentarios de los demás
no tienen nada que ver con nosotros.

Es más, nunca tienen nada que ver con
nosotros, sino con sus propios miedo,

sus frustraciones, sus inseguridades.

Ellos son una persona
completamente diferente que

ven en la vida de otra manera.

Entonces.

No lo ven como tú nunca lo van
a poder ver como tú nunca jamás.

Por más que tú intentes explicarlo.

Son personas diferentes.

Cada persona es un mundo.

Tú crees de una manera.

Yo creo de una manera, los dos estamos
en lo correcto y a la vez lo otros,

estamos en lo incorrecto porque al
final elegimos creer lo que nos sirve a

nosotros, lo que los demás crean de igual.

No hay que entrar en conflictos.

Reconocer esto te puede ayudar a
no tomarte de manera tan personal

los comentarios de los demás.

Por último, quiero que reflexiones
sobre algo muy importante.

Tu energía es lo más valioso que tienes.

Yo aprendí esto a la fuerza porque en
esta vida que he elegido de no empezar

de cero porque nunca empiezas de cero.

Pero si de construir algo, dejarlo
de dejarlo y volver a construir otra

cosa, dejarlo y volver a construir
otra cosa porque voy evolucionando

como persona y por lo tanto, Mis
ambiciones van evolucionando.

Mis sueños van evolucionando y no
me caso con ninguno de mis sueños.

No me caso con ninguna de mis creaciones.

Las dejo para que ayuden a quien tengan
que ayudar y sigo mi camino y sigo

creando más para seguir expandiéndome.

Y cuando hago esto, me al
principio me distraía mucho con

las opiniones de los demás y
además las veía como algo negativo.

Veía como algo negativo.

Mi necesidad de crear cosas nuevas
era como, ay, mira, así es que ay,

culo inquieto como si fuera algo malo.

Entonces.

Yo me pasaba la vida intentando convencer
a todos de que en mi camino tenía sentido.

Pero con el tiempo me di cuenta
de que el único propósito que debo

de servir es el mío y a la única
que le debe de hacer sentido.

Es a mí porque ellos siguen con su
vida después de sus juicios, después

de sus opiniones, después de nuestra
conversación, siguen con su vida, con sus

pensamientos, con su día a día, no afecta
nada, nada, nada más que alimentar un ego.

O o esa esa hambre por
formar parte de una tribu.

Pero de verdad quieres formar parte de
una tribu que busca cosas diferentes

a ti que no te entiende y que no te
hace sentir en tu máximo, que no te

hace sentir alineada con tu propósito.

No vale la pena.

Es fácil dejarse llevar por la necesidad
de que los demás te comprendan o

de que a aprenden tus decisiones.

Pero es que si te permites caer en
esa trampa, estará perdiendo una

enorme cantidad de energía, pero
no solo energía, estará perdiendo

tu capacidad de vivir tu vida, de
experimentar tu vida a través de ti.

La vas experimentar a través de
los demás y cada persona la va

a experimentar de una manera.

Muy diferente a lo que tú desearías.

Así que nunca vas a estar satisfecha.

No sé si sientes o asió alguna
vez yo lo sentía durante.

30 y muchos años la insatisfacción,
porque todo lo que conseguía, por

muy grande que sea, ante los ojos de
los demás, a mí no me llenaba porque

no estaba honrando mis opiniones.

Honrando mis sueños, honrando mis juicios.

No, no, no, no, no.

Estaba honrando lo de los demás para
que los demás me aceptaran igualmente.

Sabes que nunca te terminan aceptando
porque nunca vas a ser ellos al 100%.

Nunca vas a hacer las cosas como
cada persona quiere al 100%.

Entonces.

Es un gasto de energía.

Tu trabajo, tu vida, tus
sueños son tu responsabilidad.

Y si te enfocas en eso, el resto, serás
ruido que poco a poco aprenderás a filtrar

cuando te enfrentes a conversaciones
difíciles o a críticas, recuerda

que no tienes que convencer a nadie.

Si te mantienes fiel a tu
propósito y pones límites con

amor, estarás protegiendo lo más
importante, tu enfoque, tu paz.

Y tu energía a mí.

Algo que me ayuda mucho es cuando
alguien me está hablando y me está

diciendo algo que, pues es un juicio,
una opinión que que sé que no va a sumar.

Cierro los ojos, respiro para sentirme.

Imagino que todas esas palabras
están flotando en el aire.

Y cuando suelto la respiración, las
alejo no las quiero cerca de mí.

Y doy gracias a mí.

Esto me ayuda a proteger no
porque que tú tengas el derecho

de dar tu opinión y tengas boca.

No significa que yo tenga al tener
orejas, tenga la obligación de escucharte.

Entonces, esto es muy importante.

No dejes que las opiniones ajenas
te des bienen, porque al final del

día, sólo tú sabes el verdadero
valor de lo que estás haciendo.

Gracias por estar aquí.

Espero que tengas un día lleno
de claridad de amor propio.

Y de enfoque.

Recuerda que eres posibilidad,
pero sólo tú decides que clase de

posibilidad quieres ser para el mundo.

Nos vemos la siguiente semana.