La biblioteca de Julio

Sidonie-Gabrielle Colette se casa a los 20 años con el escritor Henry Gauthier-Villars, quien tan pronto reconoce en ella cualidades para la escritura comienza a explotarla firmando como propias sus narraciones. Julio venera la autora hasta tal punto que tiene 21 libros suyos en su biblioteca. Sobre estos y sobre Colette habla aquí Diana Holmes, profesora en la Universidad británica de Leeds y gran experta en la literatura francesa del siglo XIX en adelante.  

What is La biblioteca de Julio?

El escritor Bruno Galindo nos acerca a la figura y la obra del escritor argentino Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida, guardados en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este podcast indaga en sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortázar con sus autores favoritos y, a todos ellos, con sus lectores-oyentes en el siglo XXI.

Colette, "El Quepis"

La biblioteca de Julio. Un pódcast de la Fundación Juan March. Un acercamiento a la figura y la obra de Julio Cortázar a través de los libros que le acompañaron durante su vida.

41. 'Le képi'. Ferenczi et Fils. Colette de l'Académie Gongourt. París, 1947.

Un viejo libro de tapas muy blandas a estas alturas. Es uno de los 21 de Colette que guarda la Biblioteca de Julio. De ningún otro autor hay tantos. Por las etiquetas vemos que unos fueron comprados en Buenos Aires y otros, ya en Francia. Cortázar parece haberlos leído todos. Este lleva su firma y el año: 1949. Signatura: BC-L-Col 13. Precio: 35 francos. Ilustrado por Clément Serveau.

Sidonie-Gabrielle Colette, a quien escuchamos en esta grabación de archivo, nace en 1873 en una pequeña localidad de la Borgoña francesa. A los 20 años se casa con el escritor Henry Gauthier-Villars, quien tan pronto reconoce en ella cualidades para la escritura comienza a explotarla firmando sus narraciones como propias. Las primeras firmadas por ella son las que constituyen la serie Claudine, que va de 1900 a 1903. La pareja terminará por separarse, y ella escribirá novelas como 'Chéri' y 'Gigi' –esta llevada al cine con Maurice Chevalier–, que van a explorar el deseo, la libertad femenina y el paso del tiempo.

Colette incursiona en el teatro y el periodismo, y se convierte en figura señalada de la Belle Époque. Se une a una compañía de music-hall con la que desarrolla su faceta de artista teatral. En este ambiente liberal descubre su bisexualidad. Libros aparte, escribe en periódicos, colabora con el compositor Maurice Ravel y colecciona de libros de entomología, zoología y oceanografía. Su vida escandaliza y fascina a la sociedad de su época. Será la segunda mujer en ingresar a la Academia Goncourt y la primera que, a su muerte en París en 1954, reciba un funeral de Estado en Francia.

El 50 aniversario de su nacimiento se celebra con su consiguiente biopic cinematográfico, dirigido por Wash Westmoreland, protagonizado por Keira Knightley y centrado, como no podía ser de otra manera, en el talento de la autora vilmente explotado por su marido.

[Audio del tráiler]: "–Les presento a mi esposa, Colette. –He tenido una idea magnífica. Podrías escribir, esas historias que me contaste el año pasado. –¿Las de la escuela? –Sí. Esa podría ser mi próxima novela. –'Me llamo Claudine. Vivo en Montigny. Probablemente no muera aquí...'. –Tu marido es un genio. –Madame Willy, he oído que Willy se inspiró en sus días de colegio para escribirla. –Sí. Me gusta pensar que algo he contribuido..."

En 'El Quepis', de 1943, una joven Colette conoce a Marco, una mujer en la cuarentena que vive modestamente como autora de folletines. Cuando la relación entre la joven y su nueva amiga se estrecha, una noche en que hojean juntas la sección de corazones solitarios de un periódico local, descubren la carta de un joven teniente del ejército y deciden que Marco le responda, lo cual dará inicio a una apasionada historia de amor de final incierto. Tensión erótica y ambigüedad moral protagonizan este relato brillante y mordaz. Nos va a hablar de él y de Colette una de las máximas conocedoras de la autora, profesora en la Universidad británica de Leeds y experta en literatura francesa del siglo XIX en adelante. Así se refiere Diana Holmes a la obra de Colette:

"Presenta el mundo, ve el mundo desde el punto de vista de una mujer. Para ella el ser humano el ser humano es en inglés diría 'default'… Es una mujer. Y eso es bastante raro en el canon literario, ¿no?”.

Hay también el hecho de que su visión de la vida es bastante…celebra la vida, es una visión optimista… ni absurda, ni nihilista, pero celebra la vida, la vida material, el cuerpo, los sentidos, la natura y eso me gusta mucho y también es bastante raro en el siglo XX me parece, en Francia por lo menos".
Colette escribe de manera experimental e innovadora; lo hace ya desde 'Claudine'. Desde las primeras novelas hasta el fin de su vida siempre ha tenido un numeroso público, porque sus novelas se leen fácilmente. Esa mezcla de estilo innovador y popular es de gran interés. Pero, ¿cuál es la aportación de 'El quepis' dentro de la producción de Colette?

"La publicación fue durante la ocupación alemana de Francia y es bastante típico de Colette, porque era muy… se puede decir pragmática, bastante pragmática, y fue publicado en una revista de la derecha petanista de la ocupación. Pero yo diría que los valores que salen de esta novela no son de la derecha, no son conservadores".

No, porque es una historia de amor y sexo, temas muy típicos de la obra de Colette. Aquí están el deseo, los efectos inexorables del cuerpo y las dificultades para una mujer de envejecer en el contexto de una sociedad donde su valor depende casi exclusivamente de ser hermosa.

En el caso de Colette se mezclan vida y creación.
"Con Colette en particular, es muy difícil hablar de la vida sin hablar de la obra y al contrario.

Para mí, lo que es mucho más importante es su obra, su 'legacy', lo que ha escrito, porque ahí los valores son distintamente feministas y humanistas. Para mí es mucho más importante".

'El quepis' toca temas poco frecuentes en la época. Colette acostumbra a hacerlo: a hablar sin ambages de la relación entre madres e hijas, de maternidad, de acoso sexual, del aborto, de la menopausia. Esto hace de ella una autora muy contemporánea.

"Y hablaba de esas cosas en un periodo bastante conservador en Francia cuando la contracepción y el aborto eran completamente ilegales. Es eso sí me parece que es importante y todavía es pertinente para esas razones. No solamente habla de sus problemas, de la dificultad de envejecer, como he dicho antes, sino que además habla de la dimensión positiva de la menopausia".

“Todavía no me había vuelto insensible a la mezcla de cinismo afectado por la paradoja literaria que tenía en alta estima, hacia 1900, a los hombres cultos, amargados y desesperados…” Preguntamos a Diana Holmes por este párrafo, que subraya Cortázar dentro de su marginalia, y que deja ver la crítica de la autora a esos privilegios masculinos de la época.

"Para ellos es una manera de mostrar su superioridad, pero en realidad son esos los hombres que no tienen futuro, que son amargos y sin futuro, y es interesante porque de la joven Colette, ella tenía futuro, e iba a devenir en autora. Es una crítica a esa superioridad presumida de los hombres de esa época y me gusta el hecho que Cortázar subrayase esa frase. Le ha gustado, sin duda, le ha interesado, ¿no?".

También subraya este otro párrafo:

Es el momento en que el hombre es un arpa triste que aún tiembla, un explorador que regresa de un país que ha vislumbrado y no ha llegado, un penitente lúcido que jura "no lo volveré a hacer" y se lastima las rodillas...

"Sobre todo creo que es una descripción muy hermosa, muy fina, de este momento y del momento en el cual Marco –desafortunadamente para ella– ha elegido de ponerse el quepis".

El quepis es la gorra militar de origen francés que se usó en diversos ejércitos de Europa y América. Símbolo de esa masculinidad revisada con elegancia mordaz en la obra de Colette. ¿Cuál es, en definitiva, la información que nos da la autora de su visión sobre el mundo de los hombres?

"Es muy crítica… le gusta demostrar de manera irónica, con cierto humor también, que los hombres están objetivamente en una situación superior a la posición de las mujeres, que tienen esos privilegios –lo que es verdad materialmente, socialmente, económicamente– y también hay el hecho que para ella no hay un lío directo entre el sexo y el género. Por eso es muy moderna, porque, como ya he dicho, sus hombres tienen las cualidades que en su época y todavía ahora son consideradas como femeninas y el inverso.

Y también lo que es interesante en el caso de Colette es que describe con mucha sensualidad los cuerpos masculinos, el cuerpo del hombre".

No hay –ya lo dijimos al principio– ningún autor o autora con tantos libros como Colette en esta gran biblioteca. 21 novelas. ¿Qué pudo gustarle tanto a Cortázar de la autora francesa? Diana señala que puede ser una empatía militante, una identificación con las luchas de los que no tenían poder. Las mujeres, claro, pero también los artistas del 'music hall', que representaban sobre la escena una vida glamurosa pero realmente vivían en condiciones materiales muy difíciles. Los niños. Incluso los animales.

"Es posible que Cortázar haya reconocido en ella, en su escritura sobre todo, unas simpatías de la izquierda, si quieres, para la justicia social … hay eso y no sé, no lo conozco bastante, pero quizá le habrá gustado su apreciación de la experiencia sensorial, de los sentidos, de la vida, su optimismo, su gusto por la vida y sin duda su estilo, la textura muy fina de su escritura, que era no simplemente estética, pero que también es inseparable de lo que decía, de su visión del mundo".

En una carta a sus amigos Eduardo Jonquières y Maria Rocchi, en París en octubre del 51, Julio escribe: “Poco a poco voy encontrando en el camino a mis dioses de la adolescencia. Es un signo de muerte y de vejez, pero qué importa. Me faltan Duke Ellington, Colette, Earl Hines, Picasso. Tal vez me sea dado verlos un día”.

En otra carta a los mismos destinatarios cuatro años más tarde, en agosto del 54, Julio les hace saber que no pudo conocerla pero que estuvo en sus exequias: “Estuve en sus funerales, oí los mediocres discursos, vi las flores que rodeaban su ataúd. Creo que solo estuve cerca de ella el domingo por la noche (Colette murió un sábado), cuando me fui muy tarde al Palais Royal y me quedé en los jardines, al pie de sus ventanas siempre iluminadas. Entonces sí la sentí de veras, y la quise más que nunca”.

Acabas de escuchar “La biblioteca de Julio”, un podcast de la Fundación Juan March. Control técnico: Carlos Roiz. Música de cabecera: Astor Piazzolla. Música adicional: Raffel Plana. Apuntes sobre Colette: Diana Holmes. Concepto, guión y voz: Bruno Galindo.